Nosotros mismos sembramos, cuidamos y cosechamos las fresas y
zarzamoras en Huasca, en el corazón de los altos de Hidalgo.
Toda la fruta se riega con aguas de pozo profundo. Y claro, la elaboración del licor en sí se lleva a cabo, con minuciosidad y paciencia, ahí en el mismo predio.